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MÍOS

Patreon

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Siempre me pregunté qué pasaría si el 1% de mis seguidores me daba un sol.

Todavía no lo sé, pero por ahí vamos.

He buscado algo como Patreon desde que renuncié a la televisión, allá por el año de Nuestro Señor del 2008. Inicialmente pensé que podía manejar un sistema de suscripción mediante SMS tipo «envía NOTICIAS al 0-800-xxx». Pero resultó que era un procedimiento carísimo y lleno de intermediarios.

Cinco años después, gané una mentoría en Wayra con una propuesta de start-up bajo un concepto similar que, por supuesto, tampoco llegó a ningún lado. Todavía no era el momento.

El momento –para bien y para mal– fue la pandemia.

«La Encerrona», inicialmente, era más bien un experimento, cuyo destino era acabar con la cuarentena. O sea, en mes y medio. Cuando los plazos se prorrogaron, hubo que buscar una forma de asegurar su sostenibilidad y decidí lanzar el Patreon. La respuesta fue muy positiva y muy veloz y quedé amarrado al proyecto al menos hasta que se aburran de mí.

Hay que decir que es un sistema bastante amigable y fácil de manejar –incluso en situaciones como la devolución del dinero–. Lo prefiero a cualquier otro tipo de monetización (no solo a la publicidad, sino a otras plataformas de suscripción y pagos, como las de YouTube o Facebook). Si algo de mi trabajo les interesa, allí les paso el sombrero.